La mañana del tercer día de la Barcelona Yoga Conference ha empezado, para algunos de los yogis, con la última sesión de yoga con la profesora neoyorkina de Iyengar, Nikki Costello.
Ha sido una sesión muy enriquecedora, donde Nikki nos ha hablado sobre posturas invertidas, con una preparación muy precisa para sirsasana y una práctica de pranayama.
Con la idea de cerrar la serie de sus 3 clases en el BYC, llegando a un estado de meditativo. Nikki ha comparado el efecto de las posturas invertidas y el pranayama, con el de tomar una ducha fresquita en el calor intenso de estos días. Del mismo modo que las gotas de agua mojan nuestra cabeza y bajan por nuestro cuerpo refrescándolo, así las posturas invertidas y pranayama nos bañan con nueva energía y lucidez y, en particular, en palabras de Nikki, ayudan a que la energía de la mente descienda a nuestro corazón.
Ya ayer tuve el buen karma de asistir a una clase con Nikki Costello. Tiene una manera muy meticulosa de llevar a los estudiantes, casi sin darse cuenta, de un trabajo a primera vista muy suave a nivel físico, a una práctica muy profunda e intensa a nivel interno, con efectos incluso posteriores al cierre de la sesión.
Una clase de esas que dejan secuelas. De esas que, aún horas después, te hacen pensar. Y todo eso, fruto de una práctica de yoga de más de 20 años y un conocimiento muy preciso de la mecánica del cuerpo en los asana. Espero que mi buen karma se repita y me permita tomar más clases con esta yogini de pies a cabeza.
Namaste.
Invertidas! Las reinas del yoga, me encantan