Este año BYC ofrece nuevamente interesantes sesiones de Yin Yoga de la mano de maestros como Mirjam Wagner o Biff Mithoefer. Este estilo se basa principalmente en los conceptos yin y yang del taoísmo y la medicina china, en dos nociones que transmiten la dualidad inherente en todo cuanto hay en el universo. Como quizás sabréis, nos hayamos en la entrada de un nuevo verano y asimismo es la estación en la que tiene lugar el festival. Según la medicina china, esta cálida etapa está gobernada por el elemento fuego y genera la energía que dirige el corazón y el intestino delgado. Asimismo, las emociones relacionadas son la alegría y el amor, en el aspecto yang, y la tristeza y el rencor, en el aspecto yin.
No he investigado las razones de la elección del logotipo de BYC. Pero, en relación a lo comentado, tiene sentido que se trate del trazado de un corazón y que uno de sus principales lemas sea:
De un modo natural es a eso a lo que invita la insistencia del generoso sol en este periodo, la constancia de la luz en nuestro día a día y el predominante calor que progresivamente se adentra en nuestros cuerpos y vivencia. El color, la variedad, el tacto, la calle, la sexualidad, el movimiento o el dar quizá nos sean más atractivos que en otros periodos del año.

Tal vez nuestro corazón se abre por si solo y sentimos un mayor deseo de expandirnos… Tal vez…
Esto último lo menciono porque puede que no sea el caso de todos/as. Es posible que algunas personas no sientan esa apertura, ni siquiera el deseo de abrirse, que incluso se sientan tan heridas que no soportarían que alguien las acariciara o rozara en este momento. Tal vez necesitan distanciarse de los demás e incluso requieran de cierto aislamiento…Sin embargo, en ese caparazón también consiste abrir nuestro corazón. Es igualmente valioso…, como valiosas somos las personas en cada una de nuestras manifestaciones…
A veces, es posible que tengamos que pasar por ciertas fases en las que lo último que parecemos es seres de amor o “espirituales” y en las que nos cuesta aceptarnos. No obstante, puede que estemos más cerca de un despertar de lo que creemos…En esto me hizo pensar un bello poema de Jeff Foster, con el que terminó recientemente una gran maestra su taller de yin estacional.
Dice así:
“Cómo abrir tu corazón”
No trates de abrir tu corazón en este momento. Eso sería un sutil movimiento de agresión hacia tu experiencia encarnada inmediata.
Nunca le digas a un corazón cerrado que debería abrirse un poco más; se cerrará con más fuerza para protegerse, al sentir tu resistencia. Un corazón se despliega sólo cuando las condiciones son adecuadas; tu exigencia de abrirse invita a que se cierre aún más. Esta es la suprema inteligencia del corazón.
En su lugar, honra al corazón en su presente estado. Si está cerrado, deja que así sea; santifica que esté cerrado. Hazle sentir que está a salvo, a salvo incluso para sentirse en completo peligro. Confía en que, cuando el corazón esté listo, y ni un minuto antes, se abrirá como una flor ante la calidez del sol. No hay ninguna prisa para el corazón.
Confía en su apertura y en su cerrazón, también; en la expansión y en la contracción; esta es la forma en la que el corazón respira; en la seguridad, en la inseguridad, en la seguridad, en la inseguridad; en la preciosa fragilidad del ser humano… todo es bienvenido en el amor más perfecto.
